Hace un par de días, una persona conocida me envió por correo una historia de un "estupido" (utilizado un término mas suave que el empleado en el correo), a este personaje le ofrecían dos monedas, una de poco valor pero de gran tamaño y otra de mayor valor de menor dimensión, el asunto era que la persona siempre tomaba la de menor valor y los oferentes pensaban que era estupido, sin embargo lo hacia para recibir aunque sea una poca cantidad siempre.
Inmediatamente al leer la fabula recorde que esta es una de las historias más celebres del sabio Sufí Nasrudin, para quienes no lo saben el sufismo es una religión mística de origen persa con raíces en el Islam, aunque hay quienes lo consideran incluso anterior a éste, es conocida como la religión de la inmediatez.
Decidí enviarle una nota de respuesta a la persona que me envió el correo agradeciendo el mensaje, pero acotando que es importante no quedarse con la primera información que se recibe, sino que hay que constatar las fuentes, porque en este caso solo cambiaron personajes pero en muchas oportunidades la información que se comparte no es necesariamente veraz, sobre todo en la Internet cualquier persona puede publicar "lo que le venga en gana".
Les dejo la historia de Nasrudin y las monedas:
Todos los días Nasrudin iba a pedir limosna a la feria, y a la gente le encantaba hacerlo tonto con el siguiente truco: le mostraban dos monedas, una valiendo diez veces más que la otra. Nasrudin siempre escogía la de menor valor.
La historia se hizo conocida por todo el condado. Día tras día grupos de hombres y mujeres le mostraban las dos monedas, y Nasrudin siempre se quedaba con la de menor valor. Hasta que apareció un señor generoso, cansado de ver a Nasrudin siendo ridiculizado de aquella manera. Lo llamó a un rincón de la plaza y le dijo:
- Siempre que te ofrezcan dos monedas, escoge la de mayor valor. Así tendrás más dinero y no serás considerado un idiota por los demás.- Usted parece tener razón -respondió Nasrudin-. Pero si yo elijo la moneda mayor, la gente va a dejar de ofrecerme dinero para probar que soy más idiota que ellos. Usted no se imagina la cantidad de dinero que ya gané usando este truco. No hay nada malo en hacerse pasar por tonto si en realidad se está siendo inteligente.